Si has estado siguiendo el blog, ya sabrás que estoy realizando una serie de artículos introductorios al mundo del desarrollo web. En este tiempo hemos visto qué es la Web, una página web y un hosting. En esta ocasión quiero hablar de otra pieza imprescindible, sin la cual todos los conceptos vistos anteriormente carecerían de sentido: el navegador web.
Es más que probable que uses uno a diario, sin embargo quizá no entiendas bien qué es o cómo funciona. Si este es tu caso, quédate un poco más porque trataré de hacer un breve repaso a los diferentes puntos que considero claves para tener un mayor conocimiento sobre esta herramienta.
¿Qué es un navegador?
Un navegador web es una aplicación que permite a los usuarios acceder a la Web a través de internet. La función principal de esta herramienta es recuperar la información solicitada a un servidor y luego mostrarla en tu dispositivo. Cada vez que introduces una URL, el navegador trabaja en segundo plano para encontrar y mostrar el contenido que buscas. Por este motivo, ya puedes suponer que son indispensables para acceder a las páginas web e interactuar con ellas.
Si nos lo llevamos al terreno de la vida diaria, podríamos compararlo con una ventana que nos permite ver e interactuar a través de ella el mundo que se encuentra al otro lado. Si a eso le sumamos internet, la experiencia se convierte en global permitiendo acceder a cualquier contenido en cualquier parte.
Bien, ya sabemos lo que es pero quizá no tengamos claro cómo funciona. Si bien no voy a entrar en profundidad, sí que creo que es interesante ver por encima lo que sucede cuando navegas usando uno.
¿Cómo funciona un navegador?
Los navegadores web funcionan a través de una serie de pasos en segundo plano que de cara al usuario se producen de manera muy rápida. Entender estas etapas ayuda a mejorar el proceso de desarrollo de un sitio web y además es necesario para poder depurar errores en tus proyectos.
Petición de URL
El primer paso se produce cuando introduces una URL en el navegador o haces clic en un enlace de una web, en ese momento la aplicación envía una solicitud al servidor del hosting web correspondiente. Internamente se produce un paso intermedio que es la resolución de DNS, a través del cual el dominio se traduce a la dirección IP de la máquina.
Descarga de datos
Tras recibir la solicitud, el servidor devuelve los datos al navegador que ha hecho la petición. Estos datos generalmente están formados por archivos HTML, CSS y JavaScript, lenguajes con los que se hacen las webs. Es decir, aunque se suela hablar de contenidos online, los contenidos se descargan físicamente en la máquina del usuario.
Renderizado
En esta etapa el navegador interpreta los datos recibidos y renderiza la página web en forma de la interfaz gráfica que ves en tu pantalla. Dicho de otro modo, todos los archivos que componen una página web se ensamblan como si se tratase de un puzzle para dar lugar al resultado final.
Ejecución de scripts
En caso de que la página incluya programación local, como podría ser JavaScript, el navegador la ejecuta para proporcionar esas funciones adicionales. Cuando digo programación local me refiero a aquella que se ejecuta en el cliente, es decir, en el dispositivo del usuario, ya que el resto de la programación se ejecutará en el servidor y al navegador se devolverá el resultado.
Origen del navegador
En 1990 Tim Berners-Lee, el científico británico que inventó la World Wide Web, desarrolló el primer navegador web. Este navegador, llamado WorldWideWeb (posteriormente renombrado como Nexus), aunque rudimentario en comparación con los estándares actuales, representó un gran avance en su momento.
Sin embargo, el auténtico empuje de los navegadores se produce en 1993 cuando Marc Andreessen y Eric Bina desarrollaron Mosaic en el National Center for Supercomputing Applications (NCSA). Mosaic ayudó a popularizar la Web introduciendo una interfaz gráfica mucho más amigable para los usuarios, simplificando la experiencia.
Un año después, en 1994, el mismo Marc Andreessen lanza Netscape Navigator, el primer navegador comercial que rápidamente se convirtió en el más popular de la época. Sin embargo durante este período se desató la primera “guerra de navegadores” cuando Microsoft lanzó Internet Explorer en 1995. Al integrarlo en su sistema operativo Windows se terminó haciendo con la mayor parte de la cuota de mercado, lo que afectó considerablemente a sus competidores.
Navegadores en el tiempo
Desde la creación del primero, ha habido multitud de navegadores que han ido ganando y perdiendo popularidad por distintos motivos. No vamos a repasarlos todos, pero sí que resulta interesante hacer un breve recorrido por algunos de los más destacados que nos han acompañado en diferente periodos dentro del mundo del desarrollo web.
Los navegadores cambian mucho con el tiempo, por eso he actualizado este listado a fecha de 2024 para que sea de mayor utilidad a día de hoy.
5 junio de 2024
Netscape Navigator
Lanzado en diciembre de 1994, fue el primer navegador comercial y se convirtió en el líder del mercado a mediados de los años 90 como comentaba antes. Su popularidad se debió a su interfaz gráfica amigable y a la posibilidad de visualizar páginas web con imágenes y texto. Sin embargo, Netscape Navigator comenzó a perder terreno frente a Internet Explorer, el navegador de Microsoft, que se incluyó con el sistema operativo Windows. La competencia entre ambos navegadores fue intensa, y finalmente, Netscape perdió su posición dominante. A pesar de su declive, su legado persiste, ya que Netscape Navigator sentó las bases para futuros navegadores.
Opera
Nace en 1995 y se ha destacado siempre por su enfoque en la innovación. Este navegador introdujo características que posteriormente se convirtieron en estándar en la industria. Entre ellas se encuentran la navegación por pestañas y el bloqueo de anuncios incorporado. Opera se ha mantenido como una opción interesante para aquellos que buscan una experiencia de navegación diferente y funcionalidades avanzadas.
Internet Explorer
Lanzado también en 1995, se mantuvo como el navegador dominante durante muchos años, principalmente debido a que venía preinstalado en el sistema operativo Windows. Sin embargo, su popularidad comenzó a bajar con la llegada de navegadores que incorporaban mejor los estándares de desarrollo que además eran más rápidos y seguros. A pesar de su declive, Internet Explorer dejó una huella significativa en la historia de la web y en la evolución de los navegadores
Safari
Es el navegador de Apple, lanzado en 2003, se ha convertido en la opción preferida para los usuarios de dispositivos macOS y iOS. Se caracteriza por su integración con el ecosistema Apple, su enfoque en la privacidad y su rendimiento eficiente. Safari ofrece una experiencia de navegación fluida y sincronización entre dispositivos, lo que lo convierte en una elección natural para aquellos que utilizan productos de la marca.
Mozilla Firefox
Fue lanzado en 2004 como una alternativa de código abierto a Internet Explorer. Por este motivo ganó rápidamente popularidad gracias a su enfoque en la seguridad y la personalización, especialmente entre los desarrolladores web. Este navegador se destacó por su comunidad activa que contribuyó a su crecimiento y mejora constante. Además de ser altamente personalizable mediante complementos y temas, Firefox se centró en la privacidad del usuario y en proporcionar una experiencia de navegación rápida y confiable. A lo largo de los años, ha mantenido su posición como una opción sólida para aquellos que buscan una alternativa a los navegadores más tradicionales.
Google Chrome
Desde su lanzamiento en 2008, ha revolucionado el mercado con su velocidad, simplicidad y eficacia. Este navegador se ha convertido en la opción más utilizada a nivel mundial. Con un diseño minimalista, la integración con servicios de Google y su enfoque en la seguridad ha ganado gran popularidad. Además, la amplia variedad de extensiones disponibles permite a los usuarios personalizar su experiencia de navegación según sus necesidades.
Microsoft Edge
Introducido en 2015 como el sucesor de Internet Explorer, se reconstruyó más tarde sobre el motor Chromium. Actualmente, es el navegador oficial de Microsoft. Edge se ha destacado por su rendimiento, integración con servicios de Microsoft y funciones como la navegación por pestañas y el modo de lectura. Aunque tuvo un comienzo desafiante, ha evolucionado para ofrecer una experiencia de navegación moderna y segura
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